ARTESANOS DESDE 1870
HISTORICAL HINTS (C.14): PRECIOUS WOODS, PRECIOUS TREES
I have grown up hearing about the defects in the woods used in guitars, the knots, the kinks, the veins of irregular tones ... and for me it became something of the most normal until I began to see that wood which appearance was not supposed to be adequate was discarded in the search for an absurd perfection, misunderstood, wood that was beautiful with its spots and irregularities, wood that once put on a guitar sounded good, so good and sometimes even better than others which appearance was homogeneous and, if you rush me, even boring. My father started to use that wood for guitars that he called second class (noted on the label as 2ª), although the construction quality was the same as the ones of 1st class, but he knew that many customers were going to object to the appearance of the woos. And later we have done the same again because a supposed aesthetic defect cannot be above the sound quality.
In the search for the pristine and, at the same time, the imperishable, the immortal ... all so alien to nature, we have been destroying our world, indiscriminately cutting down trees and using a small part of them considering the rest as waste material. Something similar to the manufacture of plastics, perfect, indestructible ... For me these are processes that go hand in hand in a denial of the natural. Of course, we are not going to accept wood with cracks or knots that can become holes, all of which is unacceptable to build a guitar, it is obvious. But the so-called defects of the wood are actually peculiarities produced by nature, the capricious nature that loves unique, unrepeatable, singular shapes. Just as there are no two identical fingerprints, neither are two trees alike. Even the wood of the same tree acquires different shapes in each piece, because it is life passing through its veins and rings, and because one moment is never the same as the next, and this is engraved in the experience of the tree.
I don't like having to use wood to build our guitars, and it only comforts me to know that their life will continue as music on instruments as different from each other as their wood, because despite the fact that the construction of a guitar is identical to that of its task sister (we usually do them, traditionally, four by four), each one will have a different sound, even if the soul is the same. Yes, the soul, the soul of the trees that participate in its elaboration together with the soul that we put in them during their construction, adding the soul with which the guitarist permeates its grain.
My father (JR III) used to speak with great sadness about the mistreatment suffered by the Brazilian rosewood, about the abuse of its felling out of all control, being the victim of an absolute lack of protection. In his book “Things about the Guitar" he comments: "One day talking with a Brazilian logger, I learned that there were many loggers who, because they did not bother to use the saw or the ax to fell a rosewood tree, followed the simple procedure of making a hole in the base of the trunk, place an explosive charge and the thing was solved with the greatest comfort. Naturally, the explosion produced unnecessary cracks along the entire length of the trunk, which significantly reduced its use, but this did not matter, there were many trees ”. And another anecdote that he often told us recalling his father José Ramirez II, and which he also exposes in his book, could not be more descriptive about the contempt with which wood, our forests, our trees are treated: “My father who, on one of his trips, was in Rio de Janeiro for several days in 1925 and who, walking through the city and contemplating how they were paving a street, saw something that in his first sensation he considered to be a false impression of the senses, but no, it was an incredible reality: the fire in the boilers to melt the material was fueled by pieces of the most splendid dalbergia nigra cut out of amazing planks. He immediately got in touch with the construction contractor with whom he soon sympathized with the help of a few drinks and proposed the purchase of those wonderful planks. The contractor, who must already be in the ineffable stage of friendship protests, promised that he would send to Spain not only those planks that were worth nothing to him, but some more and given away. My father insisted on paying it to seriously compromise what he saw as doubtful. The contractor was even offended by doubting his <<sincere>> friendly offer. My father, may he be in glory, is still waiting for the boards “
PUNTADAS HISTÓRICAS (C.14): MADERAS PRECIOSAS, ÁRBOLES PRECIOSOS
He crecido oyendo hablar de los defectos en las maderas empleadas en las guitarras, los nudos, las cocas, las vetas de tonos irregulares… y para mí se convirtió en algo de lo más normal hasta que empecé a ver que se desechaban maderas cuyo aspecto no era el adecuado en la búsqueda de una perfección absurda, mal entendida, maderas que eran bellas con sus manchas e irregularidades, maderas que una vez puestas en una guitarra sonaban bien, tan bien y a veces incluso mejor que otras cuyo aspecto era homogéneo y, si me apuras, hasta aburrido. Esas maderas mi padre las empezó a utilizar para guitarras que denominó de segunda (en la etiqueta 2ª), aunque la calidad de construcción era la misma que las de primera, pero sabía que iban a ponerle pegas por el aspecto de las maderas. Y más tarde hemos vuelto a hacer lo mismo porque un supuesto defecto estético no puede estar por encima de la calidad del sonido.
En la búsqueda de lo impoluto y, paralelamente, de lo imperecedero, lo inmortal… todo tan ajeno a la naturaleza, hemos ido destruyendo nuestro mundo, talando árboles indiscriminadamente y utilizando de ellos una pequeña parte considerando el resto como material de desecho. Algo similar a la fabricación de los plásticos, perfectos, indestructibles… Para mi estos son procesos que transcurren de la mano en una negación de lo natural, como tantos otros. Claro que no vamos a aceptar maderas con rajas o con nudos que pueden convertirse en agujeros, todo ello inaceptable para construir una guitarra, es obvio. Pero los mal llamados defectos de la madera en realidad son peculiaridades producidas por la naturaleza, la caprichosa naturaleza que ama las formas únicas, irrepetibles, singulares. Igual que no existen dos huellas dactilares iguales tampoco existen dos árboles iguales. Incluso la madera de un mismo árbol adquiere diferentes formas en cada pieza, porque es la vida pasando por sus venas y anillos, y porque un momento nunca es igual al siguiente, y eso queda grabado en la experiencia del árbol.
No me agrada tener que utilizar maderas para construir nuestras guitarras, y sólo me consuela saber que su vida va a continuar como música en instrumentos tan diferentes entre sí como su madera, porque pese a que la construcción de una guitarra sea idéntica a la de su hermana de tarea (solemos hacerlas, tradicionalmente, de cuatro en cuatro), cada una tendrá un sonido diferente, aunque el alma sea la misma. Sí, el alma, el alma de los árboles que participan de su elaboración junto al alma que ponemos en ellas durante su construcción, mas luego el alma con que el guitarrista impregna sus vetas.
Mi padre (JR III) solía lamentarse del maltrato al que se sometió sistemáticamente al palosanto de Brasil, del abuso de su tala fuera de todo control siendo víctima de una desprotección absoluta. En su libro “En torno a la Guitarra” comenta: “Conversando un día con un maderero brasileño, me enteré de que había muchos taladores que por no molestarse en emplear la sierra o el hacha para talar un palosanto, seguían el sencillo procedimiento de hacer un agujero en la base del tronco, colocar una carga explosiva y la cosa quedaba resuelta con la mayor comodidad. Naturalmente, la explosión producía rajaduras innecesarias a todo lo largo del tronco con lo que reducía notablemente su aprovechamiento, pero esto no importaba, había muchos árboles”. Y otra anécdota que a menudo nos contaba rememorando a su padre José Ramirez II, y que también expone en su libro, no puede ser más descriptiva acerca del desprecio con el que se tratan las maderas, nuestros bosques, nuestros árboles: “Me contó mi padre que, en uno de sus viajes, estuvo en Río de Janeiro varios días en 1925 y que, paseando por la ciudad y contemplando cómo estaban asfaltando una calle, vio algo que en su primera sensación consideró que era una falsa impresión de los sentidos, pero no, era una increíble realidad: el fuego de las calderas para fundir el material, estaba alimentado por trozos de la más espléndida dalbergia nigra cortados de alucinantes tablones. Se puso enseguida en contacto con el contratista de las obras con el que pronto simpatizó con la ayuda de unas copas y le propuso la compra de aquellos maravillosos tablones. El contratista, que debía de estar ya en la inefable etapa de las protestas de amistad, le prometió que le enviaría a España no sólo aquellos tablones que para él no valían nada, sino algunos más y regalados. Mi padre insistió en pagárselo para comprometer seriamente lo que veía dudoso. El contratista se sintió hasta ofendido por dudar de su <<sincero>> ofrecimiento amistoso. Mi padre, que en gloria esté, sigue esperando los tablones”
Por fortuna ahora hay empresas madereras que cuidan del medio ambiente, que trabajan responsablemente, que replantan y se aseguran de la continuidad de las especies, y eso es una bendición que ha caído sobre nosotros los guitarreros. Y sería bueno que aprendiéramos a agradecerles conscientemente a los árboles, a los preciosos árboles, que podamos usar sus preciosas maderas, con sus peculiaridades únicas, para poder realizar nuestro trabajo.
Y en este contexto cabría preguntarse si acaso es menos bella la persona amada por tener un lunar, una mancha, una cicatriz…
Hace tiempo que aprendimos a apreciar la belleza de lo imperfecto, por eso, sin ir más lejos, nos gusta el ébano con vetas más claras o con cambios de color, porque esas irregularidades son parte de su naturaleza, no perjudican ni a la estética ni al sonido ni a la calidad de la madera, y no tiene porqué ser totalmente negra para ser valiosa y digna de la mejor guitarra. Muchos constructores de guitarras acústicas, así como de guitarras eléctricas, por ejemplo, utilizan las peculiaridades de las maderas como parte del diseño, como los nudos y las garras, siendo estas últimas favorables para el sonido. Hay a quien no le gusta el espejuelo en las tapas, cuando éste se produce cuando un tronco se abre a favor de la veta y no atravesándola al serrar. Y el espejuelo aporta una consistencia especial a las tapas, y además beneficia al sonido. Por esta razón, es más aconsejable la madera que ha sido extraída de troncos que se han abierto con una cuña, siguiendo el sentido de la veta.
Y eso sí, sea cual sea la estética de las maderas, lo que es fundamental es que estén bien curadas por el paso de los años, lo cual no sólo repercute en la calidad del sonido, sino en la estabilidad del instrumento evitando movimientos que puedan producir rajas y desencoladuras, mermas y dilataciones. Y desde luego siempre es preferible un envejecimiento natural, aunque el acelerado artificialmente en secaderos también es aceptable, pero es preferible dejar su secado en manos del paso del tiempo en un ambiente adecuado. Así, mi padre compró una importante cantidad de maderas entre los años 50 y 70 que hemos conservado en nuestro almacén en condiciones adecuadas para su secado natural. Aún hoy seguimos empleando aquellas maderas a medida que compramos otras para someterlas al mismo proceso de envejecimiento y poder usarlas en guitarras futuras.
Aquellas guitarras de 2ª que hizo mi padre en su día para utilizar las maderas que se rebelaban exhibiendo la belleza de sus imperfecciones, resulta que un avispado comerciante, cuyo nombre no viene al caso mencionar, las ha estado vendiendo como si fueran mejores que las de 1ª y por tanto con un sobreprecio, cuando él las compró con un descuento debido a que eran de 2ª. Eso debería servirnos para entender el sinsentido de los cánones de la belleza por los que tan a menudo y tan absurdamente nos guiamos.
Ahora que estamos empezando a tomar consciencia del daño que, con tanta perseverancia, hemos estado causando a la naturaleza, el concepto de lo imperfecto también está cambiando, por fortuna para todos. Entender que no hay maderas imperfectas es un paso fundamental en este proceso. Estamos en el camino de elaborar una línea de guitarras con maderas “con peculiaridades” que nos negamos a desechar, y estamos seguros de que muchos se sentirán orgullosos de tener una de estas guitarras como compañera musical para el día a día. ¿Te apuntas al reto?
Madrid 21 de octubre de 2020
Amalia Ramirez
HISTORICAL HINTS (C.13): 10 STRING GUITAR AND ITS AUTHOR
It is not
the first time that authorship of a creation is attributed to people who have
had nothing to do with it, as is the case with the 10-string guitar. And as
lately, and through different channels, I have received the information that
some believe that this guitar was devised and designed by Paulino Bernabé, and
I have found out this because it has been disseminated in various media, so I
have decided to clarify this matter.
I will
start by saying that Paulino Bernabé I, as is well known in the guitar scene,
was a disciple of my father José Ramírez III, and ended up being in charge of
his workshop until he became independent in 1969, obtaining a well-deserved
prestige as a guitar maker. But he was not the creator of the 10-string guitar,
and had nothing to do with its creation process. What's more, he never
attributed his authorship or his participation in said process, although it is
true that, like other guitar makers did, he built his own version of this
instrument created by my father, José Ramírez III, with the collaboration of
Narciso Yepes , who was enthusiastic about my father's idea and was very
commited to contributing his valuable ideas as a guitarist.
In 1963 my
father started to think about creating a 10-string guitar, inspired by the viola
d'amore, with its inner strings that provide a charming and magical sound, so
he built a 6-string guitar with another 6 additional strings inside that were
tuned by a double tuning machine.
My father discussed this project with Andrés Segovia on one of those afternoons that th
So, my
father's next step was to discuss his idea with Narciso Yepes, and the
disappointing result obtained with his first prototype. He turned to him
because, in addition to being a great guitarist, he considered him to be quite
a rational man, open-minded and somewhat adventurous, and Yepes was very enthusiastic
about the idea to the point that they worked together for several years until they
achieved something that finally
satisfied both of them, and it was thanks to a call from Yepes to my father
telling him to simply add four strings on the fingerboard, since that would
allow him to silence them when necessary with the right hand. The design, as my
father explains in his book “Things about the guitar”, was easy, the
complicated thing came with its construction, since it needed a bridge strong
enough to withstand the tension of 10 strings. And he did it. And Narciso Yepes
popularized this instrument all over the world, devised a tuning system for the additional 4 strings, and got string
makers to make the necessary strings for this guitar.
Since this
guitar became quite popular then, there were many guitarists who followed Yepes's footsteps learning to play this
instrument, and other guitar makers built their own 10-string guitars, one of
which was the one by Bernabé, and which also Yepes played for a long time in
his concerts.
As for
Andrés Segovia, when he saw a guitar with a fingerboard so wide that it
distorted, in his opinion, the harmonious and balanced forms of this instrument
that he loved so much, he chose not to want to know anything else about the
subject, so in the visits my father made to his studio in Concha Espina, enjoying
a good a whisky and an always interesting and rich topic of conversation, the
10-string guitar never had a place again.
It is true
that, after the death of Narciso Yepes, little by little the 10-string guitar
was losing the interest of the guitarists, and currently there are few who
still play this instrument. Sometimes they make orders for us, but they are
becoming very scarce. On the one hand, it is a shame, because it is a very
enriching instrument, since the 4 extra strings add a richness and depth to the
sound that the 6-string guitar does not provide.
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PUNTADAS HISTÓTICAS (C.13): LA GUITARRA DE 10 CUERDAS Y SU AUTORÍA
QUERIDO JOSÉ LUIS RODRIGO
9 DE JUNIO CONCIERTO MADRID GUITAR DUO EN AGV
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It was a really good experience in our tour around Asia in November 2018