TRAS LA TERTULIA DE PLATERO Y YO





"Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro."- "Platero y yo" de Juan Ramón Jiménez

David González consigue hacer poesía de cualquiera de los proyectos en los que participa. Es más que un músico, tiene un aura especial. Inmerso en trabajos diferentes y mágicamente creativos. En este caso está acompañado por la actriz Mercedes Castro, pieza fundamental que hace realidad ese ambiente en el que, de vez en cuando, confundes quien habla y quien canta: la guitarra o la persona. Pequeñas estampas de carácter melancólico donde Regino Sainz de la Maza recita poesía, y Juan Ramón Jiménez proyecta impresiones llenas de música. El tiempo, que se escapa de las manos, es dirigido por la música que tañe David, y Mercedes narra este relato circular que empieza en primavera y terminar primavera. Sutil, elegante, delicado, así es este proyecto.


Son dos obras que trascienden las barreras de las categorías escritas en los libros, Juan Ramón Jimenez es anterior a la Generación del 27, pero aquello pierde su importancia cuando se unen texto y música descubriéndose el velo de un tádem maravilloso, más encantador aún en manos de estos dos intérpretes. Dos disciplinas artísticas que se entrelazan como si quisieran darnos a entender que la creación es la creación, que todo forma parte de un todo; es la necesidad del hombre para comunicar lo más bello, lo más triste, lo más terrible, lo más dulce, la nada, el todo... a través del arte. Preciosa tertulia la de aquella tarde.









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