CÓRDOBA 2011








En "el Manolo". Peña Flamenca Julio Romero de Torres
















Un año más en Córdoba y siempre nos pasa lo mismo... Primero no queremos ir, sospechando que el calor no se apiadará de nosotros una vez pisemos tierra. Sí, en Madrid hace calor, pero no puede competir con Córdoba, porque en eso siempre es ganadora. Lo segundo que nos ocurre es que, una vez estando en esa maravillosa ciudad rodeados de música y belleza nos cuesta mucho pensar en la vuelta, simplemente porque no queremos volver.

La dinámica fue similar a otras ediciones: conciertos variados, conferencias que enriquecen el mundo que rodea la guitarra, cursos que atraen a músicos de todo tipo por su calidad. Menudo trabajo hay detrás de este festival, y todo gracias a las personas que lo hacen posible y que materializan los encuentros entre músicos, estudiantes, musicólogos, compositores y amantes de la música. Extrañamos a algunos amigos que solíamos encontrar, sobre todo en las interminables noches de verano y, como no, de música y músicos. Fue una pena no coincidir con Manuel Barrueco, a quien admiramos en esta casa. Lástima no coincidir con Oscar López, ni a los reponsables de la publicación Sexto Órden, así como con Marisol Plaza de la Sociedad Española de la guitarra, aunque disfrutamos de la compañía de gente tan interesante como Javier Suárez-Pajarez, su mujer, Angelo Gillardino, Javier Riba, Cristiano Porqueddu y Julio Gimeno, entre otros.

Pero, descubrimos a personas muy especiales con las que compartimos un cachito de tiempo. Cenar con Victoria y con Victor Monge, fue muy divertido en esa terraza dónde veíamos parte de la ciudad. Oir cantar unos tangos a "Serranito" espectacular, y es que tiene una sensibilidad... Conocer a Kazuhito Yamashita y Keiko Fujiie, y a todos sus hijos, fue encantador. Compartir algunas cañas con Mircea, ganador del concurso del festival, encontrarse con Sanja, anterior ganadora. Cenar con Rodolfo y su mujer. Descubrir a gente como Helena y Manu un placer. Hacernos una foto con el maestro Sanlúcar. Reeencontrarnos con Sergio y con "el Manolo", un placer. En fin, saborear la magia de este festival y de esta ciudad... un placer.

Y cómo no, terminar en la Peña Flamenca Julio Romero de Torres tomando un perol de conejo y arroz. No hay mejor manera de poner fin al festival, un lugar para no perderse, un lugar para encontrar.





1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué bonito y qué cierto! Y aunque los ir y venir a los diferentes lugares de Córdoba eran eternos con él, se ha echado mucho en falta a Luis Regidor. Un abrazo a todos y especialmente a Lola Molina y Luis Medina que sin ellos el festival sería muy diferente, seguro!

Sergio.