CARTA DE UN GUITARRERO A SU GUITARRA


"El tiempo y el cariño son herramientas indiscutibles para crear el instrumento que dará voz a la música. Fueron tres meses en soledad compartida con la guitarra que mis manos moldearon en todas sus formas, recorriendo sus caderas, su cintura y sus hombros. Irguiendo su cabeza.

Mis días teñidos de pensamientos, emociones y vivencias se vierten en sus vetas. Casi sin quererlo, esta guitarra se ha convertido en mi confidente, en mi amiga más íntima y en mi alma gemela. Ha nacido de cada movimiento y de cada intención que he tenido. Cuando la toco con mis dedos sé lo que le falta y lo que le sobra, lo que necesita. No hay palabras, ella me guía para terminarla.

Antes de escucharla paro en silencio e imagino como suena. Y al encordar su voz le doy la primera palmada de vida con su primer acorde. La belleza virgen de lo que tiene toda una vida para descubrirse y desarrollarse. Ahora mi papel en su obra ha terminado. Conmigo no puede seguir aprendiendo. Necesita nuevos maestros, amigos, amantes… En mi corazón la tristeza y la alegría se turnan por momentos, porque mañana se la entregaré a quien lleva tanto tiempo deseando su llegada. Mañana dejará mi tacto, mis oídos, mi voz y mis ojos para crecer en otras manos."







"El café de Chinitas"- Teresa Barrientos (soprano) y David González (guitarra)


"Canción del Fuego Fatuo"- Manuel Babiloni

"Presagio (Taranto)"- Victor Monge "Serranito"

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