NUESTRA VISITA A LA FUNDACIÓN ANDRÉS SEGOVIA DE LINARES- MAYO 2014



El viernes 9 de Mayo de 2014 mis sobrinos Cristina y José Enrique, y yo, tuvimos el placer y el privilegio de ir a Linares, a la Fundación Andrés Segovia, invitados por Alberto López Poveda, una persona entrañable que nos mostró lo que es la lealtad a un amigo llevada más allá de lo que muchos serían capaces de hacer. Su hermandad con Andrés Segovia, obviamente compartida, es el auténtico espíritu de esta fundación. Al menos esa ha sido nuestra impresión. Una persona que, sin ningún beneficio para sí mismo salvo el de proteger, difundir y mantener la memoria de su amigo de cara al mundo, y desde el corazón, se mantiene activo en el día a día aún a sus 98 años de edad. Francamente impresionante.
Visitar el museo fue emocionante; ver dos de las guitarras de mi padre, J.R. III, las dos de cámara, y las numerosas referencias a mi familia; visitar su tumba; leer sobre su vida; ver los reconocimientos obtenidos por su labor... fue conmovedor, y me llenó de una sensación agridulce, entre el respeto y la admiración a tan gran artista, y la tristeza por la pérdida de una figura irrepetible a quien tuve el placer de conocer y disfrutar de su grata y enriquecedora conversación. Agridulce porque me remontó a años pasados, en compañía de mi padre, las veces que fui con él al estudio del maestro. Y ahora ninguno de los dos están, pero afortunadamente sí permanecen sus obras, los legados que entregaron al mundo, mano a mano, cada uno en el papel que les correspondió compartiendo su amor por la guitarra. 











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