MI VIAJE A ISRAEL POR AMALIA RAMÍREZ (JUNIO 2014)
Mi visita a Israel fue rápida, pero muy enriquecedora. Mi amiga Odelia Shpitalni me acogió en su casa de Savyon, y contribuyó al éxito de mis conferencias-conciertos, organizadas por mi distribuidor Marcelo Raij, enviando una invitacion a sus amigos para que asistieran.
Llegué el lunes 9 de Junio a Tel Aviv en un viaje interminable desde Madrid. pues había overbooking y tuve que coger un vuelo que pasaba por Bucarest .Algo parecido a ir a Albacete dando un rodeo por San Sebastian. Lo bueno de la experiencia fue que descubrí, en Bucarest, la existencia de una deliciosa ensalada hecha con quinoa, cosa que jamás se me habria ocurrido y que fue un feliz descubrimiento para mi. Lo malo es que llegué a casa de Odelia a las 2 de la madrugada. Y al día siguiente mi primera conferencia era en la Academia de música de Jerusalem a las 9:30 de la mañana, así que Marcelo me recogió a las 7. Bueno, tras unas tres horas de sueño, di la conferencia y pude disfrutar del breve aunque maravilloso concierto que dio Eylon Amyr. Asistieron varios alumnos del curso de metódica, mas guitarristas -entre ellos Oded Shoub, uno de los más destacados en Israel-, luthiers y maestros invitados de todo el país, asi como el director del departamento de guitarra de la Academia, Yoram Zerbib. La sala se fue llenando, aunque varias personas fueron avisando por teléfono de que no podrían llegar a tiempo debido al tráfico, realmente denso a esas horas. Lo cierto es que el público era muy especializado, y me hicieron preguntas muy interesantes.
Después Marcelo me llevó al Muro de las Lamentaciones donde dejé algunos recados de mis amigos -buenos deseos pedidos a quien proceda-, bajo el sol de Dios y, por supuesto, en la zona de las mujeres. Por fortuna llevaba todo ya escrito en rollitos diminutos para los que sólo tuve que encontrar los huecos, en realidad inexistentes ya que todo estaba bien lleno de papelitos, pero es una experiencia bonita llevar los sueños de mis amigos en el bolso y depositarlos en un lugar tan especial. Incluso ponerme aquel poncho azul marino que me dieron para cubrir mis hombros tuvo su encanto. Mi error, por no llevar mangas largas.
La conferencia-concierto en la Academia de música de Hertzliya fue a las 7,30 de la tarde. Acudieron unas cien personas, llenando por completo la sala. Me recibió el director de la Academia, Yehuda Grinboim, y el acto lo abrió un grupo de niños tocando la guitarra dirigidos por su profesora, Shani Inbar, lo cual fue realmente encantador. Y despues de la charta, que resultó muy amena con la participación tan activa del público, y que fue traducida al hebreo por Erez Yaakov, tocó de nuevo Eylon Amir, y en esta ocasion pudo dar un recital más largo para nuestro total y absoluto disfrute, dado que no teníamos el tiempo tan limitado como en Jerusalem, donde el evento se realizó justo antes de la primera clase, y Eylon pudo lucirse más, lo que fue recompensado por una gran ovación por parte de los asistentes que pidieron varios bises. Eylon es un joven estudiante de guitarra que estoy convencida de que oiremos hablar de él en el futuro, ya que es un guitarrista excepcional, y eso que aún no ha terminado la carrera. Obtuvo permiso del ejército para poder tocar en ambas conferencias, por lo cual estoy muy agradecida puesto que yo había pedido a Marcelo que hiciera lo posible para que Eylon pudiera acompanarme en esta ocasión tan especial.
Al dia siguiente pude disfrutar de la compañía de mi amiga Odelia, e ir con ella a un evento de su Fundación Push, dedicada a ayudar en los estudios a niños, sean cuales sean su cultura y creencias, con el fin de que las limitaciones económicas no sean un impedimento para que puedan no sólo completar sus estudios, sino llegar a la universidad. Es emocionante comprobar una vez más que el mundo está lleno de buena gente, personas generosas que dan su tiempo y su experiencia sin obtener nada a cambio, o mejor dicho, para obtener nada menos que la satisfacción de saber que estan abriendo la puerta a otras personas valiosas, pero que por no tener los medios necesarios lo más probable es que no puedan acceder a un lugar en el mundo digno de sus capacidades y talentos.
En resumen, fue un viaje enriquecedor, una vez más, y cálido gracias a las buenas compañías de las que disfruté en todo momento.
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