Tienda Ramírez: MUSEO TORRES DE ALMERÍA: LA FAMILIA RAMÍREZ CRISOL DE LA ESCUELA DE GUITARREROS DE MADRID

El jueves 7 de Mayo de 2015, por la mañana temprano, Cristina, Enrique y yo, acompañados por David González viajamos a Almería, para la inauguración de la exposición monográfica sobre nuestra familia guitarrera, que organizó el constructor de instrumentos e investigador Carlos Gonzalez con el patrocinio del Ayuntamiento de Almería.
A las 8 de la tarde di una conferencia en el museo, con mis sobrinos a cada lado, y después se abrió un coloquio que, por falta de tiempo, no se pudo prolongar, pero la verdad es que prometía, dado el interés que mostraron los asistentes y sus ganas de participar. Sentí mucho no haber podido continuar con el diálogo que se habría abierto, y en el que también preguntaron a Cristina y a Enrique como representantes del futuro de nuestra empresa familiar. David González dio un breve, y como siempre maravilloso, recital que fue acogido con entusiasmo, pues el público sabía apreciar su sensibilidad musical y su destreza. De nuevo, se nos quedó corto el recital, pero nos dejó a todos con muy buen sabor de boca.
A continuación visitamos la exposición, compuesta por varias guitarras de nuestra colección, fotografías, documentos –que aún no habían tenido tiempo de colocar, pues todo llegó muy a última hora- así como uno de nuestros antiguos bancos de guitarrero, maderas, herramientas y un hornillo para domar. Nos gustó mucho a todos la forma tan cuidadosa con que se había preparado y expuesto todo el material.
Nuestra estancia fue muy breve, pero intensa. Y desde luego no faltaron las deliciosas tapas siempre en muy buena compañía, pues Carlos se encargó de que disfrutáramos de todo ello.
Al día siguiente, antes de regresar a Madrid, Carlos nos llevó a visitar su taller, y también su escuela, donde nos enseñó varios de los instrumentos antiguos que construye. Nos dejó muy impresionados con la exquisitez de su trabajo, y con un poco de envidia sana, pues viendo esas preciosidades dan ganas de encontrar un hueco y aprender a construir vihuelas, tiorbas, además de nuestras guitarras de siempre. Quién sabe. Tal vez algún día.

Amalia Ramírez