Mi sobrino José Enrique y
yo aterrizamos en Kuala Lumpur el 22 de Octubre por la tarde. En el aeropuerto
nos recogió Andrew Chew, general manager de Guitar Store, nuestros distribuidores en
Malasia, y nos llevó al hotel para dejar nuestro equipaje y refrescarnos un
poco. El hotel estaba comunicado con un mall el cual a su vez estaba comunicado
con otro mall… y lo que pudimos comprobar durante nuestra estancia es que los
malls han invadido la ciudad y se comunican entre sí. Y entendimos que existe
una buena explicación para ello, pues como el calor y la humedad son tan
elevados, sobre todo en esa época del año en que hay lluvias casi constantes, resulta
que se vive muy bien dentro de los centros comerciales, un refugio donde
disfrutar de una temperatura agradablemente regulada para pasar el rato. Aún
así, salimos a la calle, nos llovió de repente en más de una ocasión –y lluvias
realmente torrenciales- y nos animamos, pese a todo, a visitar las Cuevas Batu,
cuya entrada está custodiada por una
estatua dorada de 42 metros de altura. Se trata de un templo hindú, al parecer
el mayor centro espiritual hindú fuera de la India. Para entrar subimos,
heróicamente, los 272 peldaños, y hasta nos hicimos fotos con uno de los monos
que habitan ahí y que están evidentemente acostumbrados a la continua afluencia
de visitantes al templo.
Aunque no subimos a las
torres Petronas, decidimos verlas desde
un bar que un amigo de mi sobrino le había recomendado muy insistentemente, el
Heli Lounge Bar. Nos perdimos. Nos perdieron. Observamos que puede ser
complicado pedir orientación en Kuala Lumpur a la gente, siempre amabilísima,
que te encuentras por la calle. Pero finalmente logramos encontrar la entrada
al edificio en cuya última planta estaba el bar que resultó ser un lugar
estupendo, con unas vistas impresionantes de la ciudad, y pudimos disfrutar de
unas ricas cervezas mientras veíamos las torres iluminadas, y el resto de la
ciudad con los colores de la noche de Kuala Lumpur.
El lunes 24 comimos con nuestros anfitriones, el equipo
directivo de Guitar Store, Kuah Wei Chin, Low Kia Soon, Jordan Kuah, Ice Hoong
Qiu Xia y Andrew Chew, antes de la presentación, para la que habíamos sido
invitados. La presentación la llevamos a cabo en una de sus tiendas, la
histórica, es decir, el local en el que empezaron su negocio y a partir del
cual fueron creciendo hasta convertirse en una referencia clave para los
amantes de la guitarra en Malasia.
Cuando me invitaron a
hacer la presentación varios meses antes, me propusieron hacerla en domingo,
pero yo, pensando que no sería adecuado hacerles trabajar en festivo, les
propuse que mejor la lleváramos a cabo el lunes, y aceptaron. Pero aceptaron
porque son unas buenas personas y muy complacientes. Y es que una vez ahí me
enteré de que habían propuesto el domingo porque era el día en que habría una
mayor asistencia, y no el lunes en que mucha gente estaría trabajando. Y aunque
hubo bastante asistencia, el local no llegó a llenarse del todo, como habría
sucedido en caso de haber hecho la presentación el domingo. Así que aprendimos
una cosa más, y aceptaremos cualquier propuesta que nos hagan en el futuro de
hacer una presentación en un festivo.
Antes de la charla,
tuvimos una reunión con todo el equipo directivo y comercial de Guitar Store,
para explicarles detalles técnicos de nuestros modelos, e información que
facilitara su venta.
Y a continuación tuvo
lugar nuestra charla sobre nuestra familia guitarrera que despertó un gran
interés, y muchos de los presentes dieron muestras de complicidad al conocer
muchos detalles de nuestra historia, como nos suele suceder cada vez que
hacemos esta presentación. Enrique hizo su demostración de cómo hacemos los
mosaicos de nuestras bocas, que tuvo mucho éxito, como suele suceder. Es un
trabajo bonito, y nadie que nunca haya hecho un mosaico tiene una idea de lo
laborioso que es.
Entre los asistentes
durante nuestra charla, había un profesor de guitarra chino, Mr. Chin Seong Sum, que era un gran entusiasta
de Ramírez. Nos hizo pasar un buen rato
contando anécdotas, historias de guitarristas y nos hizo partícipes de su
alegría, pues por fín había podido
comprar una Ramírez, lo cual había sido su sueño de toda la vida.
El último día Low nos
invitó a un Happy Hour, y creo que nos
tomamos todas las cervezas del bar pese a lo cual salimos indemnes,
inexplicablemente. Lo cierto es que lo pasamos muy bien hablando de todo un
poco, compartiendo vídeos, historias y conociéndonos mejor.
El 26 de Octubre cogí el
avión camino de Shanghai, donde Marisa Sanzano y Arancha Prieto me esperaban en
Music China. Y dejé a Enrique en Kuala Lumpur, pues tenía que regresar a Madrid
a continuar con su trabajo de construir guitarras.
Amalia Ramírez
Amalia Ramírez
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