¿Qué puede haber bajo un sombrero? Los sombreros son misteriosos, tienen magia y tienen la capacidad de cambiar al personaje. Algo se transforma en el momento en el que uno se cubre la cabeza, sólo hay que recordar todas aquellas historias en las que el sombrero le otorga algo nuevo al individuo, como les ocurre a los magos, guerreros, reyes, etc... Corrientes de ideas que fluyen, se mezclan para acabar bailando. Y así, entre paso y paso surgen las melodías maravillosas que nos envuelven y emocionan. José Luis Montón sabe mucho de esto y mucho más, por eso nos engaña y nos hace percibir su proceso de creación como algo sencillo que puede saltar de tonalidad en tonalidad con la misma facilidad con la que un niño saltaría en los juegos de comba. Melodías que disfrazan de extrema sencillez y que viajan a través de aire hacia nuestros oídos para hechizarnos. Así sentí el viernes a José Luis, como un prestidigitador, como un niño que sigue jugando con la música, transformándola, mimándola, sacándola a bailar. Como dijo Amalia Ramírez, José Luis Montón no deja de ser una caja de sorpresas sin fondo, incapaz de conocer fronteras o límites, como les ocurre a las personas que por naturaleza son creativas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario